Es la fuerza; pero no la que se mide con el volumen de un músculo, si no la que se manifiesta cuando mira sobre su espalda y aún reconociendo su humanidad sigue adelante con la cabeza en alto, aquella que solo se ve cuando la vida deja caer un árbol en su camino. Es donde fuerza y convicción se mezclan en un mismo significado.
Es la capacidad; pero no la que se presume en el momento de un triunfo; si no la que se demuestra en la derrota, aquella que absorbe cada experiencia de la vida y le da su valor y dimensiones reales. Es donde capacidad y confianza se forman en un mismo crisol.
Es la libertad; pero no la que derrochan en discursos de política; si no la que yace en el brillo de los ojos de un niño, aquella que nos permite elegir, soñar y alcanzar nuestro destino. Es cuando libertad y destino se fusionan en un alma.
En una oración; un hombre se convierte en hombre cuando goza de fuerza, capacidad y libertad.
Escrito después de haber bebido
2 Vodkas and tonics
Real Mascusia
¿Qué puedo esperar de la vida, si cuando estoy ahogado en alcohol pido ayuda y nadie me responde? Nada. Un hombre nunca pide, un hombre siempre da.
Hector Alberto