14 may 2007

Una para llevar

El caballito de tequila es fuerte, cae pesadamente en tu cuerpo, lo calienta, y lo afloja...

El corazón late fuerte, la energía se inyecta, y la mente comienza a volar, el sonido se expande, los colores te atren, y los consejos te llueven, el sudor refresca tu frente, y tu respiración agitada te mantiene despierto, o al menos lo que se entiende por despierto en alguien que ha bebido un caballito de tequila cada diez minutos.

En momentos así me vuelvo espectador, contemplo la pintura que se forma a mi alrededor, y me imagino pintando hermosas venus junto a boticelli, oigo las palabras, pero no las entiendo, aunque sé que me estan hablando en español, me siento absatraído en una paz alcoholizada.

Haciendo una analogía de la frase Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, de un viejo presidente, termino escribiendo; Tan lejos de la esperanza y tan cerca del alcohol.

Cuando bebas hazlo porque quieres.

Escrito después de haber bebido 5 caballitos de tequila,
dos tequilas con sagrita,
y una cerveza

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