31 jul 2007

El camino

Me despedí, encendí la radio, y aceleré por la avenida. El alcohol se apareaba con mi sangre, todo aquello rodeado por carcajadas, música y algún que otro te quiero.

Solo existimos tres elementos, el camino, mi auto y yo. Corrí por las calles, corrí por las avenidas, no tenía destino, sólo corría. Aún cuando leo estas palabras no se si estaba huyendo, o si al contrario deseaba alcanzar algo más.

Quizá se una combinación de ambas, ya que cuando huimos de algo, siempre buscamos ese otro que lo sustituya. Me cuesta entender que he perdido, y con qué debo llenarlo, pero como me lo dijo alguna vez un profesor en la maestría: El conocimiento siempre llega cuando tiene que llegar

Estaba confundido, las ideas se agolpaban en mi cabeza, decidí correr más rápido que mis problemas, olvidarlos por un momento y disfrutar del camino como el disfrutaba de mi. Abrí mi boca y se lleno de aire frío. Imaginariamente fui dejando atrás recuerdos, historias y culpas, quizá con suerte el camino me diga de que huyó y que me hace falta.

Algún día resolveré ese misterio, mientras tanto, mi compañero será el camino. Dejaré lo que soy, lo que tengo, y buscaré, algo más.

Escrito despues de haber tomado
3 nalgas alegres
1 wisky
2 vampiros
en los equipales, una casa y los molachos

1 comentario:

Omar Tärsis Berzeg dijo...

Hector, no, pero no mames! El camino es algo de lo mas chido y maravilloso que he leido en algún Blog... es raro... muy raro... que a pesar de que estudiaste una ingeniería tengas el feeling para escribir, aunque siempre sea ayudado por el alcohol... pero es que es así... unos necesitan alchol, otros hierbas, otros amapolas... otros demasiado dolor o demasiada felicidad, demasiado temor... pero siempre se requiere de una droga, sin importar cuál ni su prosedencia, para que los sentimientos se conviertan en palabras... y nosotros en sus escribientes.

¡Ya soy tu fans nomber guáns!