Es por ello que el verdadero maestro cuando se envuelve en una danza deja de pensar en los pasos y comienza a sentir el ritmo. Deja de pensar en términos de calor y sudores y comienza a sentir las palpitaciones y el aliento de su pareja. Deja de pensar en tiempo como la acumulación de minutos y comienza a sentir el tiempo como un estado de cambio donde todo es posible.
Concluyo que para mí, esta entrega de energía visual es el punto donde dejo de pensar en ti, y aún así logro sentir tu mano estrechando a la mía. Porque te encuentres donde te encuentres tu huella esta impregnada en mi mente y en corazón. Lo demás…
Lo demás es nostalgia, olvido y música.
Escrito después de haber bebido
1 mojito cubano
Rincón de los rumberos
2 comentarios:
Ya se te extrañaba!!!...
Me gusto tu escrito :)
No olvides a tus fans ...
Me iba dejando llevar por utus nuevos quehaceres y sentires, cuando apareció el fantasma de la nostalgia......
Hay que arrojarlo al precipicio.
Saludos
Darillo
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